La información que se relaciona con las experiencias traumáticas o más estresantes no siempre se procesa completamente y hay veces que las percepciones iniciales vividas en el momento del suceso, se quedan almacenadas exactamente igual que en el momento de entrada junto a pensamientos negativos. 

El enfoque del EMDR consiste en la estimulación bilateral alterna de los dos hemisferios cerebrales donde se trabaja terapeuticamente con el recuerdo de las experiencias traumáticas que han contribuido al desarrollo de la patología o del trastorno que presenta el paciente. Se trabaja con un protocolo estructurado de 8 fases. 

Con este enfoque se consigue que el paciente vea el recuerdo más lejano modificando los pensamientos negativos sobre sí mismo, sintiendo emociones más adecuadas para la situación y eliminando las sensaciones físicas perturbadoras.